PINTURA HELENISTICA.

10:48 Edit This 0 Comments »

Pintura y mosaicos

Mosaicos de Alejandro, hogar de la Vida Silvestre en Pompeya, Museo Nacional de Arqueología de Nápoles

Son pocos los ejemplos de pintura mural griego que han perdurado a través de los siglos. Durante mucho tiempo hemos debido limitarnos a estudiar la herencia helenística en los frescos romanos, por ejemplo, en los de Pompeya o Herculano. Algunos mosaicos nos dan, sin embargo, una buena idea de la gran pintura de la época helenística: se trata de copias de frescos. Así, el famoso mosaico de Alejandro, que muestra el enfrentamiento del joven conquistador con el Gran Rey Darío III en la Batalla de Issos, mosaico que decora las paredes de la Casa del Fauno en Pompeya. Es una copia de una obra descrita por Plinio el Viejo (XXXV, 110) como pintada por Philoxénos de Eritrea para Cassandra de Macedonia al final del siglo cuarto. El mosaico nos permite admirar la elección de colores, la composición del conjunto en movimiento, y la expresividad de los rostros.

Los recientes descubrimientos arqueológicos realizados en particular en el cementerio de Pagasas (actual Volos), en las orillas del Golfo Pagasético o incluso en Verghina (1987), en el antiguo reino de Macedonia, han sacado a la luz obras originales. En la tumba llamada de Philipo II se ha encontrado un gran friso que representa al rey cazando un león. Destaca por su composición, la puesta en escena de los personajes en el espacio y por la representación realista de la naturaleza.

El período helenístico es el período del desarrollo en la elaboración del mosaico, especialmente con las realizaciones de Sôsos de Pérgamo que vivió en el segundo siglo antes de Cristo y único artista del mosaico citado por Plinio (XXXVI, 184). Su gusto por el trampantojo se encuentra en algunos trabajos que se le atribuyen como el Suelo no barrido del museo Vaticano, que representa los componentes de una comida ( espinas de pescado, huesos, cáscaras vacías, etc.) y el Barreño de las palomas del museo del Capitolio, conocido por una reproducción descubierta en la Villa Adriana. Algunos expertos, como Michael Donderer, creen que es el original.[1] Representa a cuatro palomas posadas en el borde de una cubeta llena de agua. Una de ellos abreva mientras que las otras parecen descansar, lo que crea efectos de reflejos y sombras en el agua muy bien estudiados por el artista.


0 comentarios: